Martin Luther King Jr. en La Parte Contratante

En La Parte Contratante de esta semana hablamos sobre el pastor baptista, orador y líder político Martin Luther King Jr, con motivo de su 86 aniversario de su nacimiento.

Aunque sus padres le llamaron inicialmente Michael, posteriormente se lo cambió por Martin y con ese nombre se convirtió en uno de los hombres más importantes del s. XX y uno de los oradores más importantes de la historia de la política.

En el programa analizamos por partes su famoso discurso del 28 de agosto de 1963 en Washington, a las puertas del Capitolio en el monumento homenaje a Abraham Lincoln. Dicha intervención, fue el punto culminante y más emotivo de la Marcha por el Trabajo y la libertad, organizada por un grupo de organizaciones sindicales, religiosas y de derechos civiles, bajo el lema "empleo, justicia y paz", entre los que se encontraba el propio Martin Luther King como presidente de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano.

La marcha planteó demandas específicas:

1. El fin de la segregación racial en las escuelas públicas;
2. Una legislación significativa sobre los derechos civiles (incluyendo una ley que prohibiese la discriminación racial en el mundo del trabajo);
3. Una protección de los activistas de los derechos civiles de la violencia policial;
4. Un salario mínimo de 2 dólares para todos los trabajadores sin distinción;
5. Un gobierno independiente para Washington D.C., que dependiese de un comité del Congreso.

En el discurso podemos destacar las siguientes características:

1. Correspondencia.
2. Rango.
3. Energía.
4. Velocidad.
5. Proyección.
6. Identificación.
7. Autoridad.

En cuanto a la correspondencia, Martin Luther King, tiene ante sí 250.000 personas completamente en silencio atentas a cualquier palabra que pudiera expresar. Inicialmente, como podemos ver en el video, Luther King no mira directamente a su público sino que baja la mirada intentando seguir la estructura de su escrito. Con ello, su mensaje pierde intensidad pues parece que sus ideas no son más que una construcción racional, no emocional, como luego será. En mi opinión, MLK, inicialmente nervioso como no podía ser menos, aporta en ese momento, rasgos de humildad, de paz, de reinvidicación de justicia desde la dignidad, muy acordes con el espíritu de la Marcha y le da una coherencia gestual a su discurso que luego variará en función de la intensidad que quiere dar a sus ideas.

Su discurso comienza pausado, lento, monótono, como si quisiera atraer al auditorio con paciencia, como el pastor que quiere reunir a su rebaño y lo hace esperando hasta la última descarriada. Ese hacerte sentir que no tiene prisa, que su discurso te espera, que debes escuchar porque atañe a lo más profundo de ti, varía a partir del tercer minuto, pues comienza a variar la intensidad de sus ideas fuerzas. Comienza a darle ímpetu a las ideas más destacadas para facilitar al oyente qué es lo importante de lo secundario.

Poco a poco le imprime más energía y velocidad. Ahora se proyecta directamente a su público. Ya ha olvidado los papeles y su discurso se tiñe de emoción, levanta los aplausos de los asistentes; le interrumpen para aclamarle. Ha conseguido enganchar a su auditorio.

Provoca que te identifiques con su discurso, te emociona porque él es como tú y consigue que te creas miembro de un todo más grande, una unidad que tiene una causa justa que además está coordinada por un hombre que expresa las ideas que tú tienes en la cabeza.

Como orador religioso, curtido en los sermones de Memphis, Tenesee, su speech está lleno de autoridad. El espectador no puede más que seguir las indicaciones de MLK con renovada espíritu. En la parte final de su discurso dice: "Volved a Alabama, Memphis, Tenesee, Pensilvania, Colorado, Georgia..." porque allá donde estéis podréis gritar libertad y sentiros parte de vuestra Nación.

En definitiva, MLK nos enseñó cómo es un discurso político y la importancia del liderazgo y la fuerza de las ideas en la democracia. Sigamos su ejemplo.

Presentó, dirigió y habló Damián Macías.



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