Grecia dice No en el referéndum

Hoy es un día importante para los europeos, no sólo para las empresas, la economía o la política sino para todos los ciudadanos del viejo continente. Grecia ha votado No a la exigencia de la UE de cumplir con sus plazos de pago, lo que viene a ser para los mortales una visita de los acreedores con una carta de desahucio. Veremos en los próximos días consecuencias políticas y sociales, la más esperada sin duda que a Grecia se le expulse del Euro y se le aparte como miembro de la UE. Pero antes de que la actualidad nos devore, pensemos:

¿Por qué no ha fraguado el proyecto de Schuman, De Gasperi o Adenauer de unir a los estados europeos y por ende a los ciudadanos de sus antiguas naciones? Como nos recuerdan las enciclopedias, no ha habido imperio que no haya caído, bien sea por derrotas bélicas contra los enemigos o desgajados por virreyes y revolucionarios internos. Vivimos tiempos en los que los ciudadanos quieren ser protagonistas de sus decisiones, superando maniqueísmos de izquierdas y derechas o imposiciones supraestatales con poco arraigo social, pero lo cierto es que el mundo interconectado actual, en el que de todo se informa y en el que todo genera opinión, no siempre democrática sino muchas veces demagógica, no escapa a la batalla clásica que a modo de placas tectónicas siempre generó los terremotos políticos más intensos de la historia: Occidente vs. Oriente.

Rusia y China (dos mundos en sí mismos) ven en Atenas el caballo de Troya desde el que infectar el páncreas moral de Europa, Grecia, un país minúsculo e irrelevante hoy, pero hogar de Platón, Aristóteles y otros socráticos, que en un tiempo ya pasado nos dieron las pautas filosóficas de las formas de gobierno. Esas con las que Francia, Inglaterra y Alemania, adalides del Estado del bienestar, sin más criterio uniforme que repartirse los beneficios en el Mercado Común, y EEUU, dogmático liberal, a veces "soft", otras "hard", comandan el oficialismo democrático y ven peligrar su hegemonía doctrinal, no ya sólo económica.

¿Dónde está la virtud política que nos ayude a tomar el camino correcto? La democracia requiere de órganos reflexivos que moderen las pasiones humanas y aporten amplitud de miras para las decisiones comunes; dudo que el miedo, el corralito, los medios de comunicación y los arrebatos políticos que abarcan todo el espectro ideológico, ayuden a unos ciudadanos griegos beodos de ocurrencias cada vez más #populistas. La pregunta subsiguiente sería: ¿se mantendrá esta UE de Tratado de Lisboa con una democracia abandonada a su suerte frente a Oriente cada vez más poderoso, consistente y más poseedor de una ingente cantidad de deuda pública soberana occidental?
Grecia dice No. ¿Qué dirías tú?

Damián Macías, politólogo.

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