Editorial sobre Jesús Neira

Jesús María Joaquín Neira Rodríguez.

Nacido en Granada el 16 de abril de 1953, hijo único de una familia gallega, de Ferrol, Jesús era un hombre singular, anónimo como lo somos casi todos, un profesor de Ciencias Políticas que impartía clase en varias universidades de la Comunidad de Madrid.

Inquieto de la política, militó en el Partido Socialista del Interior, más adelante llamado Partido Socialista Popular, partido éste que en el año 1977 con representación en el Parlamento y liderado por Enrique Tierno Galván, se integró en el PSOE.

Un partido de corte marxista, curiosa pista de lanzamiento pero que no sorprende para aquellos que le conocíamos. En el fondo Jesús era un hombre beligerante con las dictaduras y la imposición de las ideas y aquel grupo de estudiantes se posicionaba en las antípodas del franquismo. Pronto se desvincularía del PSOE. Pasó al lado intelectual y dejó la vida activa de la política para los que tuvieran estómago para ello.

Licenciado en Periodismo, se doctoró en 1989 presentando su tesis sobre El discurso prefascista en Antonio Goicoechea. Tuvo una larga carrera como docente, impartiendo clase de Teoría del Estado ó Psicología Política en la Universidad Complutense, la Universidad San Pablo CEU, la Camilo José Cela y la Rey Juan Carlos.

Con una figura imponente, más de 190 cms, rubio pelo largo, expresivos ojos, ancha espalda y su inseparable sello en el dedo meñique, entraba en el aula con una marcada elegancia y seriedad.

Siempre atento y dispuesto a la confrontación de ideas, no escatimaba esfuerzos en las preguntas que le hacían sus alumnos. Ponía cuerpo y mente a disposición de la enseñanza cuando explicaba el ordenamiento jurídico en la acción del Estado. Como si fueran la misma cosa, su fortaleza física era la metáfora de lo que entendía él por Constitución Política, un invencible cuerpo jurídico sobre el que se sostiene el Estado y desde el cual se dirige la Nación soberana de su suerte y su destino.

Ni el hombre más fuerte ni el Estado mas estable resiste siempre los envites de la desgracia. Fue un dos de agosto, del año 2008 cuando nuestro amigo entró en una gasolinera de Majadahonda acompañado de su hijo pequeño. Fue allí donde Violeta Santander y Antonio Puerta discutían enfervorecidos y donde ese violento sujeto, drogadicto agresivo, estaba maltratando a su pareja. Jesús, en un acto heroico, trató de acudir en ayuda de la mujer y entró en el hotel Majadahonda para llamar a la policía y denunciar al agresor. Sin tiempo de reacción, Antonio Puerta sorprendió a Jesús con un puñetazo por la espalda que le derrumbó inconsciente. Ya en el suelo, el cobarde agresor siguió golpeando el cuerpo y cara de Jesús contra el suelo, con la sola resistencia de su hijo pequeño, Alejandro, que impidió que Puerta matara allí mismo a su padre.

Lo que vino después, su convalecencia en el hospital, su pugna contra la muerte, el reconocimiento social y finalmente el beso envenenado de las condecoraciones políticas son algo de lo que trataremos con nuestros invitados esta tarde.

Yo que fui alumno de Jesús, sólo puedo contaros bondades y anécdotas personales que entre un buen profesor y su alumno llegaron a vivir a juntos. Hasta siempre profesor, hasta siempre, Jesús.



Damián Macías
Politólogo

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